Por muy obvio que parezca, si el gato nace con uñas… es por algo. Las uñas le sirven para rascarse, para jugar y para agarrar a sus presas. Son sus anclajes para estirarse, sus armas para defenderse y su medio para burlar a sus adversarios mediante escalada en pared vertical. No es de extrañar que quiera mantener este regalo de la Naturaleza en perfecto estado, y para ello, tiene que cuidarlas a diario.
Dentro de las actividades normales que el gato realiza para delimitar su territorio está el rascado de superficies verticales. Cuando se estresa, también utiliza el rascado como medio de liberar su ansiedad. Por tanto al eliminar las uñas le privamos de un relajante natural además de impedirle caminar correctamente, ya que los ángulos de las articulaciones se modifican.
Si no consigues evitar que rasque algún mueble puedes optar por:
◗ Cortarle las uñas con regularidad desde que llega a casa. Existen cortaúñas especiales para gatos que puedes utilizar y la mayoría lo aceptan sin problemas. Nosotros estamos encantados de enseñarte a utilizarlos.
◗ Si no te animas a cortárselas o tu gato no se deja, también puedes ponerle fundas de goma en las uñas. A algunos gatos les duran aproximadamente un mes.
Si tiene acceso al exterior de la vivienda, un gato sin uñas se encuentra siempre en desventaja si tuviera que escapar de algún
depredador o enfrentarse en una pelea callejera. La oniquectomía no supone en ningún caso un incremento del bienestar del gato. Esa cirugía le impide realizar su vida normal.
No pueden:
◗ Caminar correctamente.
◗ Rascarse.
◗ Jugar a cazar una bolita.
◗ Relajarse arañando.
Todo esto aumenta su ansiedady hace que puedan aparecer problemas de comportamiento. Hay algunos truquillos que pueden ayudar a que tu gatito aprenda dónde y cómo es aceptable rascar:
◗ Acostumbrarle desde pequeñito a utilizar el rascador.
◗ Colocar bien los rascadores:
• En posición vertical.
• Bien anclados, que no se muevan.
• En lugares atractivos para el gato, que suelen ser zonas de paso.
• Si ya ha empezado a rascar en algún sitio concreto, ponerlo cerca del mismo e irlo alejando gradualmente.
◗ Es útil frotar en el rascador un poco de hierba gatera.
Cubrir los sofás con mantas o plaids para proteger la tapicería.
◗ Pueden usarse tácticas disuasorias, como colocar objetos que se caigan fácilmente haciendo ruido cuando el gato se disponga a arañar. Además no lo asociará a un castigo tuyo.
Por último, recordarte que desde GEMFE desaconsejamos expresamente que realices esta operación a tu gato.